-hijo de puta-contestó Miranda en voz baja ¿en dónde demonios se había metido Charley?- todos son unos gilipollas-
-¡mamita!-volvió a gritar el mismo tipo- hey mija, que si no te volteas iré a ti-
-cállate zorrudo-vamos Charley, aparece sea donde sea que estés metido-
Una fuerte nalgada, ¡que nalgada!, fue un apretón de esos que se sienten por semanas, hizo que Miranda se tambaleara.
-he dicho que si no ibas vendría yo-
El aliento del tipo era asqueroso. Miranda se sintió ebria con el simple hecho de olerlo.
-¡córrete cerdo!-grito dándole un empujón “fuerte”-
El tipo no se meneo ni un centímetro
-he dicho que me suelte-
-¿y que si no quiero, encanto?-
-Ay por Dios, búsquese una guarra, yo no soy una de ellas-
-¿a no? ¿Cuánto pides por convertirte en una?-
-óigame…-
Miranda perdió el equilibrio cuando aquel desarreglado motoquero la beso ardientemente.
Darcy estaba seguro, de que ese sitio, era el Infierno. O el purgatorio, una de dos.
-esto es horrible-murmuró yendo tras el pelirrojo- ¿Qué es esto?-
-me imagino que esto no se compara para nada con las Tertulias de cada noche, ¿no es así Darcy?-
-por favor, sácame de aquí-
-a penas encuentre a mi amiga…-contestó alzándose entre la multitud-… ¡Miranda!-
-¿Cómo es tu amiga?, si me dices algo sobre ella podré ayudarte, no aguanto el olor a… ¿Qué olor es ese?-
-drogas querido Darcy, drogas-
-¿y así sin más?-
-es medio rubia, va vestida con una mini de mezclilla, es muy blanca-
Darcy paseo la visión de águila por todos los rincones posibles.
Ah, ahí estaba… y bien ocupada que estaba.
-¿es esa?-pregunto a Charley apuntando hacia el sector-
-¡Oh por Dios! ¡Lizz!-¿Lizz? ¿Desde cuándo a las Miranda se les dice ‘Lizz’?
Cuando el indecente vestido de cuero y barba incipiente decidió retirarse de su boca y dejar su cuerpo a un lado, Miranda lo único que hizo fue darle una trompada Olímpica.
-¿Qué mierda te has creído?-pregunto el tipo atrayéndola nuevamente hacia él para plantarle otro beso-
-¡Suéltame!-
-¡vamos encanto! ¡no te hagas la difícil que no te sale!-
-¡Charleeyyyyy!-grito a todo pulmón. Ya había comenzado a asustarse--¡Hey soplapollas! ¡Suelta a la chica!-
Fitzwilliam miró al pelirrojo con gracia. ¿Acaso creía que se la podría con menudo imbécil de metro ochenta?, incluso él, midiendo uno noventa, no se atrevía a nada.
-¿y tu quien carajos eres?-
-tu peor pesadilla si no sueltas a mi amiga a la de tres, ¿lo has entendido?-
-perfectamente-sonrió sin moverse- ahora, ¿Por qué no te vas a tomar la leche con mamá mientras yo me divierto con esta… “señorita”?-
-Charley, ¡Haz algo!-Darcy, creyendo que era pertinente su atribución, dio un paso adelante dejando al “Corazón valiente” cubierto por sus anchas espaldas.
-disculpe caballero, pero creo que la dama no se encuentra a gusto con usted, ¿sería tan amable de soltarla por las buenas si no quiere que ponga en marcha mis títulos de lucha y defensa personal, por favor?-
Darcy vio como la mano del hombre se alzaba, empuñada, perfecto, otro golpe
Al menos, había soltado a la muchacha.
Pensando más rápido, alzo un brazo y retuvo la regordeta mano del “encuerado” lleno de cadenas. La doblo hacia atrás dejándola a la altura del inicio de su espina dorsal, el hombre se quejó, pero no fue capaz de pelear.
Darcy apoyo su rodilla en el inicio de la cola y lo doblo más hacia atrás
-ahora quiero que me prometa que sea cual sea su intención, no se acercará nuevamente ni a esta dama, ni a
ninguna otra, al menos, mientras su estado etílico se encuentre en este estado-
Charley y Miranda se miraron extrañados, pues el hombre, estaba en completo hermetismo.
-no he oído, Caballero-volvió a repetir Fitz-
-¡lo prometo imbécil! ¡Lo prometo!-
-perfecto, ahora, a penas suelte sus gordos y asquerosos y pintados brazos, no me mirará ni un segundo, ni a ninguno de mis dos amigos, usted, como buen hombre, se retirará-tragó saliva y se armó de valor- y pondrás este asqueroso culo en cualquier sitio en donde yo no pueda verte, ¿entendido?-
Si todos eran vulgares, ¿Por qué el no?
En silencio, el tipo asintió con la cabeza.
-fue un agrado conocerlo, estimado caballero-
Soltó al hombre y este, como alma que lleva el diablo, salió del recinto.
Ensordecedores aplausos elogiaron la valentía de Mr.Darcy
Miranda, quien no entendía quien carajos era ese hombre que al parecer (por cómo iba vestido y su manera de hablar), era una clase de príncipe azul, se animó a dar un paso adelante para acercarse a Él.
Cuando sus ojos, azules como el mar, como el reflejo del cielo en un cristal puro, se encontraron con los suyos, ocurrió algo.
Un choque eléctrico en su interior le dijo que ella era. Ella, y solo Ella.
Alzó la vista hasta el chico que minutos atrás le había prestado la ropa que llevaba puesta y que presumía conocerlo, en silencio, hizo la pregunta de rigor.
-William, te presento a Miranda, Lizz, el es Will, un amigo de muy, muy lejos-
Como todo un caballero de época, besó el dorso de la mano de la dama, sin despegar ni un minuto los ojos de ella.
-Oh-fue lo único que Miranda pudo soltar ante tanta caballerosidad- no es necesario que hagas eso, si eres amigo de Charles eres amigo mío también, ven acá, dame un abrazo-
La había cagado, se había comportado como una “macho chica”, ¿Qué eran esas palabras ‘ven acá, dame un abrazo’? ¿Y que vendría después? ¿El choque de pechos?.
Continuará...